miércoles, 16 de marzo de 2011

Caudillismo y Guerra Federal
José María Vargas, Presidente de la República de 1835 a 1836.
Ezequiel Zamora, líder de los federalistas en la Guerra Federal hasta su muerte en 1860.
El principal jefe político y hombre fuerte de Venezuela en sus albores como nación independiente es José Antonio Páez, quien se juramenta como Presidente el 11 de abril de 1831, y su Vicepresidente es Diego Bautista Urbaneja. En su persona se constituye el Partido Conservador, integrado en su mayoría por militares de alto rango que participaron en la Guerra de Independencia. En su mandato hay relativa paz y la economía muestra una recuperación estimulada por la Ley de Libertad de Contratos de 1834 y la masiva exportación de café.[10] En 1835 delega el poder en José María Vargas, el primer civil en dirigir el país. Esto último no es de gusto para los militares de pensamiento liberal, encabezados por Santiago Mariño y Julián Castro que se levantan para exigir la reconstitución de la Gran Colombia y el fin del poderío de una minoría de comerciantes. Entre tales oficiales hay bolivarianos sobresalientes, como el edecán del Libertador, Luis Perú de Lacroix o el granadino José María Melo, así como también un enemigo de Bolívar, Pedro Carujo. Obtienen un efímero triunfo y designan como presidente provisional a Mariño, pero llaman al general Páez con el fin de que los respaldara; sin embargo éste restaura a Vargas en el gobierno y decreta amnistías a los oficiales de la revolución, muchos de los cuales sin embargo resultan desterrados.
Páez, tras haber defendido al gobierno constitucional de una rebelión liberal, vuelve a resultar vencedor en los comicios de 1838. Afronta la crisis económica mundial de ese año, que golpea duramente a Venezuela, y a la creciente oposición liberal, representada por Antonio Leocadio Guzmán. Soublette es nuevamente presidente en 1843, y en su período combatió la Insurrección Campesina de 1846. En 1847 es elegido el general José Tadeo Monagas. Inicialmente recibió gran apoyo, pero luego rompió con los conservadores. El intento de éstos en deponerlo desemboca en el atentado al Congreso de 1848, tras la cual Monagas retiene el control del país. Al finalizar su mandato en 1851, se asegura de que su hermano José Gregorio Monagas sea hecho presidente. En tal gobierno destaca la definitiva abolición de la esclavitud en 1854. José Tadeo vuelve al poder en 1855, pero su régimen autoritario ve su fin en la Revolución de Marzo de 1858, comandada por Julián Castro. Los decretos del nuevo gobierno no tardan en crear descontento en el seno de los liberales. La inestabilidad del gobierno hace inminente el estallido de un conflicto armado conocido como la Guerra Federal.
El Grito de la Federación marca su inicio, y se desarrolla como una guerra de guerrillas. En las batallas iniciales, los federalistas liberales obtuvieron importantes triunfos, a pesar de la muerte en combate de su líder Ezequiel Zamora en 1860. Su mando es ocupado por Juan Crisóstomo Falcón. Los refuerzos y el apoyo conseguido por Falcón fortalecen a los liberales. Los enfrentamientos posteriores les dan ventaja y merman las fuerzas del gobierno centralista. Finalmente, en abril de 1863 se firma el Tratado de Coche, que significa la victoria de los liberales y su acceso al poder. No obstante este resultado, se conforman nuevos caudillismos regionales con ejército propio que mantiene el control de grandes porciones de tierra, cosa que contraria el anti-latifundismo liberal. Ese año, Falcón asume la presidencia y promulga su Decreto de Garantías que elimina la pena de muerte,[11] cosa que es ratificada en la nueva constitución,[12] y convirtiendo a Venezuela en el primer Estado moderno del mundo en llevarlo a práctica.[13]

[editar] Guzmancismo

General Antonio Guzmán Blanco, el Ilustre Americano, presidente en los períodos 1870–1877, 1879–1884 y 1886–1888.
El General Joaquín Crespo y los jefes de la Revolución Legalista, de Arturo Michelena. Crespo fue Presidente de la República en los períodos 1884–1886 y 1892-1898.
Las medidas de Falcón causaron rencor tanto entre los conservadores como en los disidentes de la facción liberal. Ambos bandos se unieron para derrocar al gobierno en 1867 en la llamada Revolución Azul. Un ejército dirigido por Miguel Antonio Rojas se alzó en la región central del país, mientras que el ex presidente José Tadeo Monagas se alzó en la región oriental. Por la difícil situación, Falcón delegó el poder en Manuel Ezequiel Bruzual. A mediados de 1868 Rojas rodeó la capital, y firmó el Tratado de Antímano, reconociendo al gobierno y asumiendo el mando militar del país. Los orientales, considerando el tratado como una traición, prosiguieron su campaña hacia Caracas, a la que capturaron en junio de ese año, instaurando el gobierno de los azulesGuillermo Tell Villegas y José Ruperto Monagas.
Antonio Guzmán Blanco, hijo de Antonio Leocadio Guzmán, había luchado en las filas del bando liberal durante la Guerra Federal y luego formó parte del gobierno de Falcón. Luego de iniciado el régimen de los azules, tramó junto con su padre el retorno al poder de los liberales. Al huir por el rechazo de turbas azuzadas por el gobierno, organizó una invasión que logró el apoyo de caudillos regionales federalistas, tales como Joaquín Crespo y Francisco Linares Alcántara. En febrero de 1870 desembarcó en Curamichate y tomó posiciones por el centro-occidente del país mientras engrosaba sus fuerzas. Tomó Caracas en abril de ese año, por lo que su acceso al poder se conoce como la Revolución de Abril.
Por haber vivido varios años en Europa, una vez hecho presidente implementó una serie de medidas tendientes a modernizar el país e instaurar el orden definitivo. En los decretos de ese año, creó el Conservatorio de Bellas Artes, reestructuró la Alta Corte Federal, dictó el Decreto de Instrucción Pública y Obligatoria promoviendo la educación, reorganizó la Universidad Central hizo del peso venezolano la moneda nacional, fomentó la agricultura, mejoró la infraestructura, e inició una ambiciosa transformación urbanística de Caracas, ciudad a la que según los historiadores se empeñó en darle cualidades parisinas,[14] sin abandonar una tendencia centralista y autoritaria. También combatió los alzamientos en Apure, Guayana y Coro, logrando someter a los caudillos. Inició una promoción del culto a los héroes del pasado, especialmente a Simón Bolívar, como una estrategia para unir el país. Igualmente, debilitó el poder de la Iglesia Católica en Venezuela, al pasar al Estado funciones que tradicionalmente eran realizadas por ésta.
En 1877 viajó a Europa tras pasar el mando a Francisco Linares Alcántara, quien poco después comenzó un movimiento contra Guzmán Blanco. Ello, y la descontinuación de la línea progresista mantenida por su antecesor, provocó la Revolución Reivindicadora que le derrocó en 1879. Tras regresar al país, Guzmán Blanco inició un segundo gobierno en el que designó al bolívar como moneda nacional, y decretó el canto Gloria al Bravo Pueblo como himno nacional, además de continuar las medidas que habían tenido éxito en su anterior período, con la ganadería y el agro recuperándose de la caída en el pasado. Luego de cinco años pasó el mando a Joaquín Crespo. La introducción del positivismo y la creciente oposición del sector estudiantil condujeron al cierre de la universidad por parte del gobierno. Como resultado, el Congreso eligió a Guzmán Blanco para presidir entre 1886 y 1888, quien se retiró en 1887, dejando a Hermógenes López como presidente interino para la transición.
Le siguió Juan Pablo Rojas Paúl, quien se alejó de la línea centralista mantenida hasta el momento, creó la Academia Nacional de la Historia, y enfrentó disturbios y alzamientos anti-guzmancistas. En 1890 fue elegido Raimundo Andueza Palacio para el período constitucional de dos años, pero su intento por extender su mandato provocó la Revolución Legalista de 1892 encabezada por Joaquín Crespo, que le derrocó del poder. Crespo asumió la dirigencia como producto del movimiento en octubre de ese año, y aprobó una nueva constitución estableciendo la duración de la presidencia a cuatro años, y el voto directo. Mientras era jefe del país los recursos públicos fueron mal invertidos y se crearon nuevas deudas para el país, pero permaneció popular entre sus soldados. Su candidato a sucesor, Ignacio Andrade, venció en las elecciones de 1897, pero su contrincante José Manuel Hernández, desconoció los resultados acusando fraude, y se rebeló en Queipa, Valencia en 1898. Crespo, al mando de las tropas del gobierno, pereció en la Batalla de la Mata Carmelera, pero el alzamiento fue derrotado. El saldo al final del siglo XIX fue de recesión económica, pero de avances en la cultura, la tecnología y el urbanismo.[15]

[editar] Hegemonía Andina

Cipriano Castro, Presidente entre 1899 y 1908, reunido con su gabinete ministerial.
Grabado de Willy Stöwer representando el bloqueo de los puertos venezolanos en 1902.

El General Eleazar López Contreras presta juramento en su toma de posesión, 1936.
General Marcos Pérez Jiménez, miembro de la Junta Militar de 1948 a 1952, y Presidente hasta 1958.
El Panteón Nacional, edificio que alberga los restos de personas destacadas, entre los que destaca el Libertador.
La Revolución Liberal Restauradora de 1899 organizada por Cipriano Castro y Juan Vicente Gómez hizo huir del país a Andrade, llevando al poder a Castro, quien sin embargo, ratificó en sus cargos a algunos ministros del derrotado gobierno, desvirtuando el lema principal de su campaña: «Nuevos hombres, nuevos ideales, nuevos procedimientos». En 1901, la Asamblea Nacional Constituyente lo eligió Presidente y como segundo Vicepresidente a Gómez. Al igual que sus predecesores, por su autoritarismo combatió sediciones internas. La más sobresaliente de éstas fue la Revolución Libertadora, liderada por el banquero Manuel Antonio Matos, que culminó con el triunfo de Castro en 1903 tras la Batalla de La Victoria, y cerrando el capítulo de las grandes rebeliones caudillistas. Además, su gestión siguió una fuerte línea anti-imperialista contra las grandes potencias extranjeras, negándose a cancelar la deuda nacional con el Reino Unido y Alemania. Debido a esto, debió encarar el bloqueo naval que impusieron estos países.
Debido a una enfermedad, en noviembre de 1908 Castro se dirigió a París con el propósito de someterse a tratamientos pertinentes. Días después, su vicepresidente y amigo Gómez perpetró un golpe de estado en diciembre de ese año, traicionando a Castro y prohibiendo su regreso a Venezuela. Gómez fue oficialmente presidente desde 1910, cuando el Congreso lo eligió para un término de cuatro años, pero decidió permanecer el poder, y para solventar la crisis posterior suspendió las elecciones. Gómez sería designado como Presidente Constitucional por períodos de siete años establecidos por una nueva constitución, con gobernantes títere presidiendo por poco tiempo y actuando de fachada a Gómez. Fue inmisericordioso tanto con opositores como con todo aquel que le cuestionase. Muchos prisioneros políticos cumplieron su condena realizando trabajos forzados para construir diversas carreteras por todo el país. Para resistir protestas del estudiantado, cerró la Universidad Central de Venezuela durante diez años, con lo cual sumió al país en un franco atraso educativo. También promulgó la primera Ley del Trabajo, creó bancos para obreros y agricultores, inició la explotación petrolera y logró la cancelación de la deuda externa en 1930. El movimiento opositor más recordado de su época fue protagonizada por los estudiantes universitarios en 1928, de donde surgirían nuevos líderes políticos. También tuvo lugar un intento de golpe de estado en los cuarteles de Caracas, así como la invasión del Falke en 1929. Su mayor contribución fue la pacificación definitiva del país, al exterminar a los caudillos importantes y crear la Academia Militar de Venezuela, como base de un Ejército Nacional consolidado. Su régimen es considerado como la dictadura más férrea que ha tenido Venezuela.
Gómez murió en 1935, y el General Eleazar López Contreras fue designado Encargado de la Presidencia hasta 1936, y luego Presidente Constitucional por siete años. Con él se inicia la transición a la democracia: decreta amnistía para los prisioneros políticos y restablece la libertad de prensa. En los Carnavales de este año una gran manifestación pública frente al Palacio de Miraflores demandando por mayores libertades civiles, a las que López accedió en parte con su Programa de febrero. En julio reformó la constitución, reduciendo el período presidencial de 7 a 5 años, y focalizó sus políticas gubernamentales en la creación de programas asistenciales de salud pública.[16] Además, concretó obras de suma importancia para la nación como la creación de la Guardia Nacional de Venezuela en 1937, la apertura del Museo de Bellas Artes y del Museo de Ciencias en 1938, y la creación del Banco Central de Venezuela en 1940.
Al término de su mandato en abril de 1941, el Congreso designó como Presidente a Isaías Medina Angarita, militar que promulgó una Ley de Hidrocarburos en 1943 que traería más dividendos monetarios al país y restringiría la participación de las empresas multinacionales. En su gestión se decretó la elección directa de los diputados, el sufragio femenino y la legalización de todos los partidos, se permitió el regreso de todos los exiliados políticos y la liberación de la totalidad de los presos políticos. También creó el primer plan de cedulación venezolana en 1944, activó una reforma agraria, e inició la modernización de las ciudades. Apoyó a los aliados en la Segunda Guerra Mundial e intentó la anexión de las Antillas Neerlandesas. El aspecto más negativo fue la firma del Tratado de Límites de 1941 entre Colombia y Venezuela. Aunque continuó con mayor rapidez el camino a la democracia, existían muchos adversarios políticos, como Rómulo Betancourt y su partido Acción Democrática. Desde su seno se fraguó en 1945 un golpe militar en su contra con ayuda de un grupo de jóvenes militares dirigidos por los Tenientes Coroneles Marcos Pérez Jiménez, Luis Llovera Páez y Carlos Delgado Chalbaud, quienes disentían con el tipo de elección presidencial empleada y con muchas medidas de Medina.
Se instauró entonces una Junta Revolucionaria de Gobierno presidida por Betancourt. En breve tiempo la Junta llamó a comicios libres y directos. El famoso escritor Rómulo Gallegos resultó ser el primer presidente venezolano electo de esta forma, asumiendo en febrero de 1948. A pesar de eso, Gallegos no completó su período debido al golpe de estado del 24 de noviembre de ese año, en el que se hizo con el control del país una Junta Militar integrada por los mismos rebelados de hace tres años, y que derogó la constitución de 1947. De los triunviros, Carlos Delgado Chalbaud era candidato a presidir el país luego de que la Junta Militar convocara a elecciones, pero es secuestrado y asesinado por un grupo liderado por Rafael Simón Urbina y su sobrino Domingo Urbina el 13 de noviembre de 1950. Tras el incidente, Germán Suárez Flamerich fue designado presidente provisional. Aunque no se ha podido confirmar, es creencia popular que el autor intelectual del magnicidio fue Marcos Pérez Jiménez, el segundo triunviro que ejercía como Ministro de Defensa.
Pérez Jiménez permaneció en tal cartera hasta diciembre de 1952, fecha de las votaciones para una Asamblea Constituyente. Al observar que el partido opositor URD se estaba llevando el mayor porcentaje de votos, el oficialista Frente Electoral Independiente desconoció los resultados y suspendió las elecciones. Dos días más tarde, los poderes de la Junta fueron transferidos en su totalidad a Pérez Jiménez, quien en abril de 1953 es proclamado Presidente Constitucional por cinco años. Su gobierno, que en ese año impulsó una constitución, tuvo el formato de una dictadura personalista que no vaciló en proscribir a la oposición, coartar libertades civiles y censurar sistemáticamente a los medios de comunicación. Su principal organismo policial, la Dirección de Seguridad Nacional en su Sección Político-Social (f. 1949), tuvo la tarea de arrestar a opositores, recluirlos en el Campo de Concentración de Guasina, y también ejecutarlos. Tuvo especial apoyo del gobierno de los Estados Unidos por ser parte de la red de distribución petrolera y por su lucha contra el comunismo. Sin embargo, su régimen también se caracterizó por un progreso en infraestructura sin igual para el país, lo que posteriormente se conocería como la «dictadura desarrollista» de Venezuela. La explosión de la infraestructura visionaria y tecnológicamente puntera, el fomento especial a la inmigración europea que cambió a la sociedad venezolana, y la completación de ambiciosos y emblemáticos proyectos de obras públicas, se enmarcaron como la práctica de una corriente de pensamiento nacionalista denominada el Nuevo Ideal Nacional.[17] A pesar de esto, la antipatía generada por sus actos represivos y sus intenciones de perpetuarse en el poder, incrementó el descontento en su contra.
En diciembre de 1957 se organizó un plebiscito para definir su permanencia para otro período en el poder. Los boletines oficiales le dieron la victoria, aunque era de sobre entendimiento en la población y en la Fuerza Armada que se trató de un fraude orquestado. Esto produjo un fraccionamiento en las Fuerzas Armadas que lo habían apoyado hasta entonces, y que protagonizó una rebelión fallida en el día de Año Nuevo de 1958. La crisis política que se originó entonces desestabilizó las bases del régimen, concluyendo con su deposición por un movimiento cívico-militar en la madrugada del 23 de enero, lo que le obligó a huir hacia República Dominicana para posteriormente trasladarse a España junto a su familia. Al día siguiente se organizó una Junta de Gobierno presidida por el Contralmirante Wolfgang Larrazábal. Aunque se llamó a elecciones para ese año, la Junta rechazó varios conatos de golpe por parte de militares Perezjimenistas. En octubre se procedió a la firma del Pacto de Punto Fijo, que disponía de la alternancia en el poder de los partidos Acción Democrática, COPEI y URD, para encauzar la futura vida política del país[18] y excluyendo a los partidos de izquierda. Larrazábal renunció a la junta en noviembre para participar en los comicios, siendo sustituido por Edgar Sanabria. La elección a Presidente se decantó finalmente por Rómulo Betancourt, quien asumió el cargo en febrero del año siguiente.
Las obras más perdurables de Pérez Jiménez se manifiestan en la construcción de gran parte de la infraestructura vial en el Distrito Federal. La Autopista Caracas-La Guaira, Autopista Tejerías-Valencia, Autopista Francisco Fajardo, el Paseo de los Próceres y otras muchas fueron obras del Gobierno Militar. Una Junta cívico - militar de Gobierno, presidida por el Contralmirante Wolfgang Larrazábal Ugueto se encarga del gobierno de transición hasta las nuevas elecciones presidenciales. Una medida populista de esta Junta de Gobierno, denominada Plan de Emergencia, por la cual se le daba una especie de salario mientras conseguía trabajo a todos los campesinos y obreros que lo solicitaran, dio origen a un masivo éxodo rural que se dirigió a las ciudades, especialmente, a Caracas, lo cual dio origen, a su vez, a una macrocefalia de la capital con respecto al resto del país, y al rápido y descontrolado incremento de las áreas de poblamiento marginal en las barriadas de las principales ciudades.

[editar] Democracia

La Fuerza Aérea bombardea el Fortín Solano durante El Porteñazo, en 1962.
Hugo Chávez en 2003.
La nueva era democrática trajo consigo cambios a nivel político y económico. En su gobierno no se otorgó más concesiones petroleras a las empresas que operaban en el país, se constituyó la Corporación Venezolana del Petróleo, y se creó la OPEP en 1960, por iniciativa de Juan Pablo Pérez Alfonzo. Paralelamente se adelantó una ley de Reforma Agraria que redistribuiría los terrenos improductivos con el fin de detener el declive de la producción agrícola, debido al boom petrolero. Igualmente, se sancionó una nueva constitución en 1961. El nuevo orden tuvo sus antagonistas. Durante un desfile militar, el Presidente sufrió un atentado planeado por el dictador dominicano Rafael Leónidas Trujillo con el fin de reiniciar la dictadura en Venezuela. Los grupos izquierdistas excluidos del Pacto iniciaron una insurgencia armada, organizados en los focos guerrilleros de las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional, auspiciadas por el Partido Comunista. En 1962, intentaron la desestabilización vía los cuerpos militares, protagonizando dos fallidas revueltas, una en Carúpano y otra en Puerto Cabello. Paralelo a esto, Betancourt promovió una doctrina internacional, en la que sólo reconocía a los gobiernos electos por votación popular y rompía con los regímenes dictatoriales.
En las siguientes elecciones de 1963 resultó electo Raúl Leoni. Su gobierno comenzó con una coalición de partidos a la que se denominó la Amplia Base, integrando a AD, URD y el FND. Aunque su gobierno fue de concordia general y entendimiento entre los sectores de la población, tuvo que lidiar con numerosos ataques de la guerrilla. De entre éstos destaca la invasión a las playas de Machurucuto en mayo de 1967. Viendo que rendía pocos frutos, la mayor parte de los guerrilleros abandonaron la lucha armada por la política electoral en ese año. El gobierno de Leoni también se destacó por la conclusión de obras públicas y el desarrollo cultural.
Rafael Caldera resultó vencedor en los siguientes comicios. Antes de tomar posesión, en 1969, estalló la insurrección de Rupununi en Guyana, que representó una oportunidad para anexar parte del Esequibo que reclamaba Venezuela. En este contexto, firmó el Protocolo de Puerto España en 1970, congelando las reclamaciones por 12 años. Pactó la tregua definitiva con la guerrilla y garantizó su integración a la vida política, legalizando el PCV. En 1974 asumió la presidencia Carlos Andrés Pérez. En su gobierno se hizo notable el profuso ingreso de divisas por concepto del petróleo y los altos estándares de vida que adquirió la población, llegándose a la acepción de la Venezuela Saudita, en la que creció aceleradamente el Producto Interno Bruto. En 1975 nacionalizó la industria del hierro, y al año siguiente, la del petróleo, creando la empresa estatal PDVSA. Tanto Caldera como Pérez rompieron parcialmente con la Doctrina Betancourt.
En 1979, Luis Herrera Campins es investido como Presidente. Inauguró múltiples instalaciones culturales y deportivas, así como el Metro de Caracas. Aunque los ingresos petroleros siguieron acrecentándose, ello no impidió que el país se endeudara en las finanzas internacionales, forzando el apego a los dictámenes del Fondo Monetario Internacional. En 1983 se produjo la devaluación del bolívar en el llamado Viernes Negro, desatando una fuerte crisis económica. En el gobierno del próximo presidente, Jaime Lusinchi, se haría poco para contrarrestarla. Los índices de corrupción se vieron incrementados, y la política económica siguió manteniendo la línea rentista. Por otra parte, en 1987 se vivió el mayor momento de tensión militar internacional en los últimos años, cuando la corbeta colombiana A.R.C. Caldas ingresó clandestinamente en aguas del Golfo de Venezuela. Fue una crisis que se originó en la disputa por la soberanía en dicho golfo entre ambas naciones, y sobre la que no se había alcanzado acuerdo. Los medios hablaban de una posible guerra, pero el conflicto se resolvió por medio del diálogo y el retiro de la corbeta.

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